lunes, marzo 05, 2007

FRACTAL

  • Miércoles 21 de Febrero. 18:00 horas, Biblioteca Municipal de Arucas.

Encuentro con el escritor canario Miguel Ángel Sosa Machín, autor de la obra "Viaje al centro de la infamia". Análisis de la obra y debate

  • Jueves, 15 de Febrero de 2007, 20:00 horas, Salón de Actos de la Biblioteca Insular

Proyección del corto de cine " El viajero nocturno" , dirigido por Carlos Reyes Lima. Debate con el guionista

  • Jueves, 14 de Diciembre de 2006, 21:00 horas, Sala Cuasquías, c/ San Pedro, 2

www.cuasquias.com

Cena de Navidad de los Clubes de Lectura de la Biblioteca Insular (MENÚ)

  • Viernes, 20 de Octubre de 2006, 20:30 horas, Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria.
Conferencia a cargo del filósofo-ensayista, Antonio Escohotado. Charla sobre "Ciencia y Filosofía"
  • Jueves, 19 de Octubre de 2006, 19:00, Biblioteca Insular, salón de actos
Proyección de la película "Y tú que sabes"
  • Julio 2006, Aua Canarias, c/ Cano, 16, Las Palmas de Gran Canaria
Cenas con los clubes de Lectura en AUA Canarias
  • Junio 2006, Casa de la Cultura de San Fernando de Maspalomas
Encuentro de clubes de Lectura de Gran Canaria en Casa de La Cultura de Maspalomas.
Organiza la Concejalía de la Mujer del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana.
  • Mayo 2006, Salón de actos de la Biblioteca Insular del Cabildo de Gran Canaria
Proyección del film, " El río" de Jean Renoir
  • Jueves, 16 de Marzo de 2006, Salón de Actos de la Biblioteca Insular de Gran Canaria
Encuentro con el escritor canario Miguel Ángel Sosa Machín. Charla e impresiones de su novela "El lugar donde muere la noche"
  • Jueves, 23 de Marzo de 2006, Casa de Colón de Las Palmas de Gran Canaria
Conferencia a cargo del escritor uruguayo, Eduardo Galeano
  • Enero 2006, Salón de Actos de la Biblioteca Insular de Gran Canaria
Proyección de la película "Samsara"

9 comentarios:

Girondiano dijo...

No tiene desperdicio. Me gustó mucho la ambientación, así como el tema en cuestión. ¿ es posible una espiritualidad secular, mundana? Pienso que sí, aunque para los budistas todo lo que concierne a la materia, lo consideran apego, maya, ilusión y un gran obstáculo para llegar al estado de Buda(Nirvana). Estos aspectos están bien presentes en toda la película.

Girondiano dijo...

...Opiniones para todos los gustos en el film de Renoir. Desde los que la consideran bastante mediocre en cuanto al contenido se refiere, y otros, los amantes de los clásicos, que la ven como obra maestra del cine . Sin duda el corte documental es lo más valorado de la película; refleja muy bien La India de los 50 en cuanto a sus cultos, fiestas en el marco incomparable del río Ganges...donde se bañan todas las tendencias religiosas; animistas, hinduismo, islam, budismo, cristianismo...El film, en definitiva, pretende captar, sin entrar en cuestiones morales y sociales, la esencia del sentir religioso com forma de vida en uno de los paises más habitados del planeta...actualmente más de mil millones de habitantes.

Anónimo dijo...

La velocidad de la luz


Aquello empezó allí. Dónde mi vida parecía extinguirse. Un tope sin obstáculo. El dulce sueño. El placer parecía no extraviarse. Un profundo sueño invadió todo un ámbito solemne. Aquel empezar, aquel revivir, aquel suspirar sin miras concisas. Allí empezó, empezó mi mundo, mi mundo desconocido. Allí empezó la lucha hacia el olvido y el caminar por el infinito. Un mundo guiado por la incertidumbre donde la conciencia era irremediablemente palpable y controvertida. El ser…viajero e iracundo, sin rumbo fijo. Me eché a la mar, sin percibir si las olas eran grandes o, si por lo contrario, reinaba la calma. Los naufragios, sin más, eran pan de todos los días, sin embargo, mi mar no desaparecía y mi embarcación no encallaba, ahí estaban, impertérritos.
El juego se presentaba difícil. Las mareas se me antojaban desconsideradas. Pero de vez en cuando las olas me devolvían aquello, que pensaba, me habían arrebatado. Aquello que un día, sin más, había desaparecido, aquello que había deseado tener, pero que ya, el tiempo había emplazado por otros atributos.
Atrás, siempre atrás, mis raíces se resintieron, mis obstáculos crecían, mi pena me demolía.
La velocidad de la luz nos reitera ese mundo de las dos vías, de los dos senderos, de las dos percepciones. Emprendemos, sabemos hacerlo, pero aquello que valoramos como continuidad o perpetuidad no lo concebimos, tal vez lo respiramos, añoramos no sabemos qué, buscamos esa traducción ideológica que nos permite acallar impaciencias, pero ¿realmente queremos alcanzar esa objetividad perfecta de la vida? ¿eso qué significa? ¿Pretende dirigirnos, guiarnos hacia lo ideal, lo majestuoso incluso? o en realidad lo que buscamos son otras dimensiones, percepciones, en definitiva…otras esferas de la vida que nos proporcionen la inmensidad para poder identificarnos como personas.
Buscamos lo palpable, lo insondable o la perplejidad. ¡Qué queremos hacer?
Rodney busca lo justo, la traducción de un deseo que le permita vivir. La flor sobre la tierra fresca cuya fragancia perdure hasta un siempre. Pero ineludibles son las sombras que se ciernen sobre su mente y que incluso buscan apoderarse de él.
¿Concebimos la vida como resplandores aislados? ¿Cómo tendríamos que percibirla? la fuerza de ese efecto de culpabilidad ¡qué tontería! Culpable / NO culpable. ¿Nuestra vida gira realmente en torno a esas sensaciones?
La búsqueda se calcula dura, impasible, desconsiderada, no hay nada. Padre nuestro que estás en la nada…

Emprendí un viaje
Emprendí una osadía
Decidí crearme en aquello que NO estaba escrito ni hecho
Decidí aislarme dentro de mi alma
Mi perfil ahí andaba, YO estaba guardada.
YO caminaba, sin más, al compás de una vida. No sé si me pertenecía. Sí era de otro o, si realmente era la MÍA.

Anónimo dijo...

El Río (Jean Renoir)


El Club de lectura nos propone una película. Normalmente se presentan temas relacionados con nuestras inquietudes sociales y éstas, generalmente, se plantean a raíz de cualquier acontecimiento que nos afecte. Las razas, lenguas y culturas son siempre tema de debate controvertido. Buscamos dentro de nuestras propias utopías, esa solución eficaz que nos proporcione ese amparo o esa guía en nuestro quehacer diario. Un ir poniendo un pie delante del otro sobre un suelo suave, flexible y recto. Parece que una intromisión en esa cotidianeidad, en principio, nos produce un aturdimiento para después llevarnos al mítico abismo, a la oscuridad profunda, a la ambigüedad infinita o al miedo introvertido.
En la pantalla, un paraje, una escena distinta pueden seducirnos, embriagarnos, situarnos incluso en medio de ellos. Nuestra película así nos lo muestra. La India: país, costumbres, razas e incluso castas diferentes. Año 1951: Jean Renoir nos acerca a un mundo casi mítico para el espectador occidental del siglo XXI. Por un lado, nos muestra un escenario que se presenta en los años cincuenta, conjugando las peculiaridades del país, el río, esa serpiente encantada y esas fiestas donde impera el brillo y el color de las luces y las flores. Por el otro, también se hace eco de esas relaciones humanas que, aunque ubicadas en un ambiente ajeno al nuestro, hacen que el espectador se sienta de alguna manera cercano o, por lo menos, atraído. Cuatro hermanas, las dos mayores en plena adolescencia, un chico vivaracho que se hacía acompañar siempre de su mejor amigo y, finalmente, las dos benjaminas de la casa.
El padre y la madre eran ingleses y parecían perfectamente coordinados, el uno al frente de su trabajo y el otro encargada de su vida familiar. El padre de familia dirigía su fábrica, bastante rudimentaria y, por cierto, lejos de mostrar vinculación alguna con el progresismo occidental, hecho que tampoco parecía reclamar la importancia de los que allí trabajaban. La madre parecía dedicada exclusivamente a su extensa familia y relaciones sociales.
Una casa colonial espaciosa, llamada La Casa Grande, pero sin alardes de opulencia, reunía a aquella familia a la vez tan especial y ordinaria. Tampoco faltaban los clásicos ayudantes de la casa, naturalmente nativos: una señora de mediana edad, muy activa, y un señor más mayor, aparentemente parecían estar muy integrados, a pesar de las lógicas diferencias sociales que les separaba.
El espectador aprecia la espontaneidad de las imágenes que invocan a la frescura y dinamismo de la proyección. El autor se esmera en proyectar un realismo basado en la cotidianeidad y en los sentimientos que vinculan a cada uno de los miembros de dicha familia. El señor mayor se presenta como el protector del chaval y su amigo indio. A su lado ambos pequeños van descubriendo los enigmas de la cultura india, sin que por ello, descuidara sus labores de servicio doméstico que prestaba en la casa.
La relación entre ayudantes y matrimonio parece muy estrecha, de tal manera, que los niños consideran a sus padres como ese último recurso donde ineludiblemente tendrían que acudir en algún momento. Esa relación intercultural manifestada de esa forma tan explícita llega a intrigar al espectador que, normalmente asocia este tipo de ambientes interculturales con la disciplina rígida e indiscutible del colonialismo. Hay que añadir, que las escenas de esa película se centran en un ambiente familiar muy cerrado, no aparecen relaciones de amistad con otras familias a excepción de la de sus vecinos.

El punto anecdótico de la película surge cuando aparece en escena un señor joven, familiar de la casa vecina y que se encuentra ahí de visita. Su atractivo no es tan meritorio, pero se trata de un capitán del ejército mutilado de una pierna. El aislamiento de las jóvenes hace que todos sus sueños de adolescente se centren en esta persona haciendo que su disminución física irrumpa en la imaginación de las adolescentes y aparezca como hazaña heroica.

La trama se basa en resaltar el ambiente cotidiano combinado con la guerra de sentimientos que despierta ese capitán. No sólo afecta a las dos hijas mayores de La Casa, sino también a la amiga mestiza, familiar cercano y, a la vez, anfitriona del personaje central. El autor intenta dar cabida a esas tres manifestaciones de amor de forma diferente, sin dejar de lado el marco cultural que les acoge. La amiga y vecina de La Casa tenía ya un compromiso acordado con un chico indio de acuerdo con los cánones de la tradición, sin embargo, ahora, surgen dudas. El padre, viudo de una mujer india, mantiene una actitud muy cariñosa y respetuosa con su hija, esa relación se manifiesta principalmente cuando su hija decide vestirse definitivamente con el traje habitual indio. En ese momento, su padre sólo tiene palabras para decirle que está ‘preciosa’.
Volviendo a la trama amorosa, la hermana mayor muestra sus habilidades de seducción espontáneamente, sin más, y parece que eso le funciona para estupefacción y, en ocasiones, rabia de la hermana menor. Lo que lógicamente conlleva a que ésta utilice todas sus artimañas creativas, es decir, utilice sus recursos literarios para recrearse más en ese idilio que ella en sí misma se ha ido forjando. La amiga y vecina parte naturalmente de una situación distinta, primero, el pretendido es un familiar directo y, segundo, su situación de compromiso con un nativo hace que todo se contemple bajo un conjunto de contrariedades sin perspectivas de solución para ella.
El protagonista de todo este enredo tan sólo quiere olvidar obviamente su pasado heroico y centrarse en un futuro más realista acorde con su actual situación. Ese estado de incertidumbre hace que poco a poco vaya cayendo en ese enredo ingenuo propio del juego y la ilusión que desde todos los frentes se va apoderando de él.
Por fin el punto álgido surge cuando la hermana mayor lee abiertamente el diario de su hermana ante el perplejo pretendiente y la rabia de la afectada desvelándose así, de forma concisa, el profundo sentimiento que sentía hacia la pretendida pareja de su hermana.
A partir de ese momento, esa constante narradora y apacible de la que había disfrutado el espectador hasta ahora se trunca y surge una visión nueva. Los sentimientos de los personajes afloran despiadadamente y se plantean nuevas situaciones: cada uno de ellos experimenta cambios profundos y sus expectativas personales dentro del ambiente en que viven también se ven impulsados a cuestionarlas. Pero, tal y como a veces suele suceder en la vida misma, surge en esos momentos una tragedia que nadie podía evitar y que deja a todos los protagonistas muy afectados: el hermanito, siempre seducido por sus inquietudes, paga con creces su espontaneidad. Se produce un trágico accidente cuando precisamente todos los miembros de la casa estaban relajados bajo el sopor que les producía los rayos de sol después del almuerzo. Era el momento propicio para emprender lo que más prohibido estaba, sin duda, tocarle la flauta a su serpiente encantada…
En esos instantes el espectador no concibe la tragedia y los primeros momentos de confusión dejan paso a una realidad patente. Todo lo ocurrido hasta entonces pasa a un segundo lugar a excepción del dolor y sufrimiento. Las escenas no se recrean tanto en las consecuencias de lo sucedido, tan sólo representaciones puntuales reflejan la magnitud del drama escénico. El autor hace destacar en esos momentos la sobriedad del entorno, no sólo el estrictamente familiar sino, también, el social al cual están sujetos por las costumbres del propio país. El espectador recibe un halo de realismo infrecuente en películas de esas características. Progresivamente se contemplará con alivio que poco a poco la vida normal se va imponiendo. El huésped abandona esas tierras y regresa a occidente. Respecto al resto de los personajes, la madurez se impone y las heridas se van cicatrizando hasta el punto que llegados al final de toda la trama el autor nos brinda el nacimiento de un nuevo ser en el seno familiar. Este acontecimiento hace que de nuevo la vida florezca y siga adelante. Nuevas expectativas de futuro se abren y el espectador sale con la sensación de haber aprendido algo más de su entorno.
El interculturalismo no nos debiera ser ajeno, sino todo lo contrario, ser parte integrante de nuestro quehacer diario.
De nuevo… una niña…

Girondiano dijo...

Con respecto a "El lugar donde muere la noche"...Ayer, día 16 de Marzo de 2006, disfrutamos de la presencia del escritor Miguel Ángel Sosa Machín.
Ha sido un encuentro distendido, donde los miembros del club han interactuado con el autor, manifestando las distintas interpretaciones que habían obtenido después de leer la obra...
Se han disipado dudas, y lo más importante, entre todos hemos jugado a reinventar la obra con la infinidad de conclusiones aportadas; todas ellas legítimas y que no restan un ápice el carácter que el autor quería imprimir a su creación.
Tirando de la "madeja", conversamos sobre el viaje de Orígines, de la ternura de los personajes, del realismo mágico impregnado en la obra que según el autor, está muy vigente en las vivencias, mitos, costumbres de la sociedad canaria de esa época difícil de la posguerra..;la relación divina-secular de amor entre Gonzalo y Alejandro...todo ello aderezado con pinceladas poéticas muy propias del autor.
Al final, Miguel Ángel nos regaló un anticipo de lo que será su próxima obra, próximamente a editar.
En conclusión, unas horas enriquecedoras para todos los que amamos este mundo mágico de la Literatura.

Girondiano dijo...

...Ayer, día 23 de Marzo, acudimos a la cita con Eduardo Galeano. El escritor nos deleito, con esa voz cálida que le caracteriza, de algunos de sus mejores textos. De la vida, del amor, del lector, del oficio de escribir, de política, cuestiones todas ellas presentes en cada párrafo que leía, siempre con mucha ironía y buen sentido del humor. Habló de las huellas literarias que otros han dejado y de la influencia en su quehacer diario.
Nos contaba de la importancia de la autenticidad, del beneficio de la duda; desconfía el escritor de lo dogmático, de las etiquetas, de los que se catalogan como "escritores comprometidos". Galeano escribe y cuenta porque hay cosas que le aprietan y que le duelen...Galeano denuncia y encanta escribiendo y encandila narrando. Ayer lo pudimos comprobar los muchos que tuvimos la suerte de disfrutarlo

Anónimo dijo...

Una obra que dura —lo que llamamos: un clásico— es una obra que no cesa de producir nuevos significados. Las grandes obras se reproducen a sí mismas en sus distintos lectores y así cambian continuamente. De su capacidad de autoproducción se sigue la pluralidad de significados y de ésta la multiplicidad de lecturas. Sólo hay una manera de leer las últimas noticias del diario pero hay muchas de leer a Cervantes.

Escrito por Octavio Paz
(en un artículo de Alberto Viñuela - 'Fractal literario')

Girondiano dijo...

Escohotado en su línea

CHIC-HANDSOME dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.