domingo, octubre 30, 2016

Kafka en la orilla/ Haruki Murakami







"Así que ya has conseguido el dinero, ¿no?-dice el joven llamado Cuervo. Lo dice con su peculiar manera de hablar, arrastrando un poco las palabras..."


DOSSIER




6 comentarios:

Anónimo dijo...

"Kafka en la orilla" de Haruki Murakami.

Kafka, lo absurdo, la metamórfosis.

A mi me parece que lo absurdo está en la forma, pero nada más. La historia que nos cuenta Murakami es todo menos absurda. Es conmovedora, intrigante, tierna, cruel, mágica,realista. Nos da para pensar, sentir, echarnos a volar con la imaginación, horrorizarnos también. Está repleta de cultura, tanto occidental como oriental, desde los mitos griegos hasta los actuales del mundo de los negocios, pasando por una infinidad de referencias a la cultura japonesa, su literatura antigua, sus costumbres pasadas y actuales. Es un cuento inicático, aunque el autor nos advierte muy al principio del libro de que no es de ninguna manera un cuento de hadas.
Es la crónica de la metamórfosis de Kafka Tamura, el personaje principal, un adolescente de 15 años, que, a través de un viaje iniciático, pasa de la niñez a la madurez , enfrentándose a toda clase de peligros y de pruebas, de las que sale victorioso. ¿Como no recordar los cuentos de nuestra infancia en los que el héroe se va de su casa, de su entorno habitual, generalmente, obligado a ello por circunstancias adversas, enfrentándose a muchas pruebas, encontrándose con personajes mágicos, benévolos o malévolos, teniendo que hacerse fuerte, demostrar su valentía y encontrar su destino.

La historia está construida como varias historias paralelas con varios personajes que acompañan de una forma u otra a Kafka, que son parte de su iniciación a la vida. Digamos que hay dos grandes historias paralelas, la de Kafka y la de Nakata. Y la de los demás personajes que se entroncan con la rama principal.

El primero es un adolescente que se pone en camino, con todas su capacidades, que además se esfuerza por desarrollarlas al máximo. Es un personaje muy realista. Por lo menos, su alter ego (el chico llamado Cuervo - su yo más maduro, eterno?-) lo es. La primera frase dice:"Asi que ya has conseguido el dinero...")
Tiene que ser fuerte para poder salir victorioso de las pruebas, de la "tormenta de arena".
Se prepara físicamente ("me he dedicado a robustecer mi cuerpo de manera intensiva..."),intelectualmente ("tu vas a irte de casa. ..en el futuro quizá no vuelvas a tener la oportunidad de pisar la escuela, así que, mientras puedas, es mejor que te metas en la cabeza todo lo que te enseñen, te guste o no... Qué debes guardar y qué debes tirar, eso ya lo decidirás más adelante.") y emocionalmente (..."intentaba evitar que las emociones se me traslucieran en el rostro..."). Se prepara para afrontar la « tormenta de arena » y salir de ella, transformado.

El otro, Nakata, es un hombre mayor, que, debido a un accidente cuando era niño, se quedó en coma mucho tiempo y perdió sus facultades intelectuales. A raíz de esa casi muerte sale otra persona dotada de otras facultades, al igual que los que aspiraban a llegar a ser iniciados en la Grecia antigua tenían que pasar por una casi muerte. Es un ser mágico, que, entre otras cosas, habla con los gatos.

Kafka se marcha para escapar a "la profecía". Después de tenernos intrigados durante bastante tiempo, nos enteramos finalmente de que su padre le profetizó que le mataría y se acostaría con su madre y con su hermana (desaparecidas cuando él tenía 4 años – con lo cual se mantiene la incógnita más allá del final de la historia). Murakami conoce muy bien la mitología griega y no pierde la oportunidad de introducir la historia de Oedipo, ese mito que nos enseña como de alguna forma todo niño debe, en su mente y en su corazón, matar al padre y acostarse con la madre en algún momento, en la adolescencia, normalmente. Tiene que ser lo que él es y no lo que padre soñó para él o exigió de él ; tiene que dejar de ser el niño mimado por su madre y ser un hombre. Pero gracias a esto, puede llegar a ser libre frente al padre, a amar a una mujer, a una compañera, madre y hermana, no sólo a utilizarla porque la necesita, sin amor y a veces incluso con odio.

Nakata participa en la iniciación de Kafaka sin que éste se encuentre jamás con él. El lleva a cabo de forma real, en otra dimensión, lo que Kafka hubiera tenido que hacer pero no podía (matar al padre –bajo la forma de uno de los mitos del mundo occidental, Johnny Walken, entrar y salir del bosque encantado gracias a la piedra).
En esta labor le ayuda Hoshino, un camionero de buen corazón pero con la consciencia dormida, que se despierta gracias a Nakata. También aprende a hablar con los gatos (« No lo entiendo …¿como estamos charlando los dos…un gato y una persona ? Porque los dos nos hallamos en el borde del mundo, hablando una lengua común. Eso es todo ») También se topa con un personaje mítico de la civilización occidental, el coronel Sanders, que le ayuda. Hoshino no será el mismo después de su viaje aparentemente sin rumbo con Nakata, que muere al terminar su labor cuando Kafka encuentra la entrada a su verdadera vida, aunque no lo sepa (« Pero yo tadavía no entiendo el sentido de la vida »).

La Sra. Saeki, que después de vivir el Amor y la Muerte, la del ser amado, joven, sin haber vivido todo lo que le tocaba vivir con él, vive, al igual que Nakata, en otra dimensión. Inicia a Kafka al Amor, a la poesía, a la música.
Oshima, ser mítico, ni hombre ni mujer, pero muy humano. El que lleva a Kafka a un refugio, una cabaña en un lugar apartado, de soledad, oscuridad, donde se encuentra a solas consigo mismo y tiene que enfrentarse a muchos miedos, penetrar en un bosque infranqueable, venciendo los obstáculos de su propio interior.
Sakura, la chica corriente con la que se encuentra en el autobus (« En el viaje un compañero y en la vida compasión »), la "hermana", llena de sentido común, de sabiduría sana, con la que tiene Kafka una experiencia sexual « amistosa », en igualdad.

Anónimo dijo...

Más que una obra es una experiencia onírica

Anónimo dijo...

He terminado de leer el libro “Kafka en la orilla” y acto seguido me he quedado un rato meditando. Es un libro diferente, extraño. Lo mas raro que he visionado en mucho tiempo, pero no cabe duda de que también es un libro sugestivo, con un argumento que te atrapa, pero curiosamente no con intriga ni con la pasión con que te agarra un best sellers de estos tiempos, sino mas bien como si tus manos fueran capturadas por un permanente lazo de seda.
Algunas personas adictas a las obras de Haruki Murakami, escritor al que ya se le considera como uno de los posibles candidatos a un futuro Premio Nóbel de Literatura, afirman que “Kafka en la orilla” no es una de sus mejores novelas. Es posible que así sea. Yo como lector advierto en el libro determinados errores y situaciones que no parecen “razonablemente creíbles”, pese a que se trata de una historia que navega siempre entre la realidad y la fantasía. Sin embargo, a mi me gusta. Su atracción radica en ese juego de magia que rodea todo el argumento y que se desarrolla, tal vez en el lugar oníricamente menos apropiado como es el Japón moderno, industrializado, muy pleno siglo XXI.
Lo que Murakami nos cuenta, es básicamente una historia de amor. Un amor, curiosamente repartido a tres bandas, el amor maternal, el filial y el amor normal, siempre apasionado y sexual que debe existir entre el hombre y la mujer. También nos habla de la amistad y de la inquebrantable lealtad que deben sentir dos amigos comprometidos a llegar hasta el final en la consecución de un objetivo.
Por sus paginas unas veces cargadas de una calida emoción y en otras ofreciendo una tremenda crueldad, se retratan lugares tranquilos y serenos como la biblioteca privada, autentico refugio para la cultura y el descanso, o la tosca cabaña de troncos, casi perdida en la cima de una lejana montaña. También se nos describe un bosque enorme, desconocido y cada vez mas amenazador a medida que vas penetrando en su espesura.
Un bosque que oculta la puerta de entrada a algo, que sin duda debe de existir en otro mundo.
En “Kafka en la orilla” se nos presentan personajes estrafalarios que son en la vida real, auténticos iconos de multinacionales o grandes marcas de consumo del mundo moderno. En el fondo Murakami se burla de ellos, o mas bien de los gigantes comerciales que tales personajes representan.
El libro tiene muchos momentos introspectivos que tocan los recuerdos, vivencias que algunos personajes quieren perder y que otros se resisten a que se vayan de su memoria.
Los hay, como en el caso de Nakata que no tienen ninguno o casi ningún recuerdo. Que tremendamente triste debe de ser una mente en blanco.
Y además por si faltara algo, es un libro notoriamente sonoro. Nos habla de música, de
partituras, de compositores. Llama la atención que ninguno es japonés, todos son músicos occidentales. No es de extrañar, el autor es un hombre formado en la cultura de Occidente. Sin embargo, su libro, jamás lo podría escribir otra persona que no fuera un nipón.
Como al principio de la novela, un avión norteamericano B29 inicia con su presencia el arranque de una historia fantástica. Hace unos sesenta años atrás, en la más dolorosa realidad, el vuelo de otro B29 abrió la puerta de entrada a una nueva era, mostrando al mundo, una potente y destructora energía. Esa puerta de entrada, pese al largísimo tiempo transcurrido, aún sigue abierta, y lo que es peor, todavía hay naciones que siguen jugando y amenazando con esa mortífera energía. Pienso que todos, la humanidad entera tiene que hacer un tremendo, un sobrehumano esfuerzo para cerrar para siempre, de una manera definitiva, esa puerta de entrada. ¿No creen?.

Anónimo dijo...

Bueno, estoy a mitad del libro y necesitaba encontrar un sitio donde pueda compartir comentarios con otros lectores de este libro.

Es mi tercer Murakami después de "Tokio Blues" y "Al Sur de la Frontera, al Oeste del Sol" y sin duda el más simbólico y, me atrevería a decir, críptico.

Me está apasionando. Todavía no he leído sus comentarios porque no he acabado el libro y tengo miedo de perder la sorpresa a medida que siga en sus páginas.

Mi primer choque simbólico es la sombra de Nakata. Su sombra es menos visible que la del resto de la gente, más indefinida. Yo interpreto esa sombra como nuestra huella en el mundo, lo que somos y lo que nos ven. Y esa "idiotez" de Nakata es la que provoca que su sombra sea menos definida, que su huella en el mundo sea prácticamente imperceptible para el resto de la humanidad...

Bufff, perdonen que les aburra con mis interpretaciones, pero ando sobreexcitado mientras leo.

Cuando acabe el libro espero poderles leer y comunicarles más sobre mis impresiones.

Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Me quedan retazos de imágenes que podrían pertenecer a un sueño dentro de un sueño. Y así podría calificar esta historia. Como un sueño continuo donde más de una realidad se dan la mano y se confunden, donde todo puede pasar, espíritus de seres vivos, conciencias con forma de adolescente/cuervo, soldados pedidos en el tiempo. Cuando lo empecé, Kafka en la orilla me llevó en su forma onírica/surrealista a Crónica del pájaro que da cuerda al mundo y no tanto a Tokio Blues o Al sur de la frontera..., historias más melancólicas, más "terrenales". En cada página todo podía suceder, un chico que abandona su casa para cumplir una maldición al estilo de las tragedias griegas, un hombre que puede hablar con los gatos, una desaforada historia de amor, bueno, dos historias de amor, una de ellas muy original, fuera de este mundo. También hay una hermosa historia de amistad, de fidelidad, de encontrar otro ser donde cobijarse, donde encontrar un sentido. Es un gran libro, con imágenes poderosas, imborrables, tan imprevisible y surrealista como Crónica del pájaro que da cuerda al mundo.


A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí sólo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo. Imagínate una tormenta como ésta.
( ... )
Y tú en verdad la atravesarás, claro está. La violenta tormenta de arena. La tormenta de arena metafísica y simbólica. Pero por más metafísica y simbólica que sea, te rasgará cruelmente la carne como si de mil cuchillas se tratase. Muchas personas han derramado allí su sangre y tú, asimismo, derramarás allí la tuya. Sangre caliente y roja. Y esa sangre se verterá en tus manos. Tu sangre y, también, la sangre de los demás.
Y cuando la tormenta de arena haya pasado, tú no comprenderás cómo has logrado cruzarla con vida. No. Ni siquiera estarás seguro de que la tormenta haya cesado de verdad. Pero una cosa sí quedará clara. Y es que la persona que surja de la tormenta no será la misma persona que penetró en ella. Y ahí estriba el significado de la tormenta de arena.

Rocío dijo...

Fue uno de mis primeros libros de Murakami, el segundo o el tercero si mal no recuerdo, pero de seguro el primero de sus libros más oníricos o surrealistas.
Si ya por aquel entonces (¡qué bonitos son siempre los principios!) hubiera sentido que me faltaba algo con este hombre fascinante, cosa que dudo, con este libro acabó por atraparme del todo.
Después vinieron muchos más, hasta llegar ahora al punto de tener que racionarme los poquísimos libros suyos que me quedan por leer de los traducidos al castellano. Me he convertido en adicta, sin poder ni querer evitarlo.

Todos ellos son especiales, pero quien disfrute con éste no debería perderse Crónica del pájaro que da cuerda al mundo. Otra obra, igual que Kafka en la orilla, para recordar, con imágenes y sensaciones que se quedan grabadas en tu mente para siempre.

¡Una gran elección para el club de lectura! Que lo disfruten ;)