miércoles, mayo 21, 2014

Una historia de amor y oscuridad/ Amos Oz









DOSSIER




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de descubrir este rincón, intentando crear un blog, sin lograrlo. Ya estuve allí el viernes, y espero estar hoy también.
Ya lei 100 páginas y pico de "Amor y oscuridad" y pienso terminar las 150 hoy antes de vernos. Me gusta y me interesa mucho. Es tanto lo que ignoramos de la historia de los demás, individuos y pueblos, que es una aventura enterarse de primera mano.Nunca pensé que ciertos judíos instalados en Israel pudiesen considerar como despojos de la humanidad a los supervivientes del holocausto.Y menos pensando que gracias a ellos tuvieron "su" estado, después de miles de años de haberlo perdido.También reflexioné mucho sobre el hecho de que los judíos perseguidos no tenían país a donde refugiarse. Quiero decir que llama la atención darse cuenta de que ningún país acepta el judaismo como religión "oficial" y ni siquiera como una de las religiones que puedan practicarse en un país. Asi que era vital para ellos tener un país donde sentirse en su casa. Pero fijense que divisiones entre ellos.
Me gusta el estilo, la forma tan viva de describir las cosas. Veo al autor un poco como al doctor/poeta que él, o mas bien, su padre, describe al final de la página 54, es decir un hombre bueno, muy cercano, " masculino, un poco gamberro, un poco gentil, sensible y atrevido, un poeta sensual-dionisíaco, un"alegre griego"".

Enttropia dijo...

Hola, estoy buscando un club de lectura en Madrid, gente con la que compartir lecturas y opiniones. ¿Este es un club abierto a todo el mundo? ¿cómo podría informarme? Gracias!!! :-)

Anónimo dijo...

AMOS OZ

Sin duda, el leer este libro me ha ayudado a ver o comprender la otra cara de la moneda de una cultura, que a pesar de considerarse occidental y convivir con la nuestra, más bien, la sentimos apartada de nuestra forma de vida. Este libro nos lleva de la mano para hacernos sentir y descubrir cosas hermosas de nuestro lado más humano, esencias de nuestra condición, que no se ven ni se tocan, que permanecen ahí como grabados arcanos, fruto de estrellas fugaces apenas perceptibles.
Amos nos cuenta cosas, muchas cosas: su niñez, sus estrategias para escapar de ese mundo lúgubre que le absorbía sin compasión. No sé si, desde la visión de su entorno, pretendía mostrarnos una realidad universal a través del tupido velo de la subjetividad, que por cierto, se empeña en resaltar no sé si consciente o inconscientemente, en cada palabra o en cada frase escrita de casi todo el libro; pero desde luego, su mensaje nos deja en la arena una nobleza, un vestigio de no sólo aromas «ensalitrados» (a charquitos, a ceibas o a pedregales rocosos semienterrados), sino también un rugir a marea lejana como eufonía de aguas en calma o intempestivas.
(Escuchando a Khachaturian: Spartacus+Masquerade)

Anónimo dijo...

En el grupo del Miércoles, empezamos a descubrir a Amos Oz. A ver qué pasa