Querida Helene! Antes que nada, perdona que me cuele en tu reducido grupo de amigos. Acabo de terminar de leer tus cartas. Llegaron a mis manos recopiladas en un hermoso libro, con una impecable encuadernación, edición limitada en tapa dura, que suele diseñarse para los grandes del oficio, quién lo diría. No recuerdo y creo que no hay caso parecido en la Historia de la Literatura, que una única y sola novela epistolar llegue al Olimpo de los Escritura y pase a ser, por derecho propio, el libro paradigma del bibliófilo.
Sí, sé que el reconocimiento y las ventas te importan bien poco, que has comprobado en tus carnes que la fama es más fugaz que la velocidad de la luz y te imagino enfadada por no contar contigo para adaptar o cambiar un renglón de tu creación, que son en cierta medida 20 años de tu vida, 20 años convulsos contados en clave literaria.
No hay nada más íntimo que una carta sellada, pero también es cierto que no hay nada más hermoso que alguien la abra y todos la leamos con la candidez que la leía el señor Frank Doel. Tal experiencia sensorial nos pertenece a todos porque el mundo necesita de esa humanidad, sabiduría, humor y amor que transmites en tu cartas. Por eso, estimada Helene, te reivindico como escritora y me alegra que los lectores disfruten de estas cartas reales como la ficción que hace falta para apropiarnos de tus textos, de tu 84, Charing Cross Road. Después de todo, acabaran como a ti te gustan, con olor a vainilla y a tabaco, como huelen los libros raros y antiguos que atestiguan nuestro imaginario.
Y por ello, Srta Hanff, hablo en presente y me pongo mi hábito bibliotecario asegurándole, sin temor a equivocarme, que su obra será un clásico subrayado en las bibliotecas públicas mundiales por mucho que nos empeñemos en impedirlo, porque la subversión en estos muros, y con ello termino, tiene color y sabor a libertad.
Siempre tuyo..
PD: Tengo en mi biblioteca personal un ejemplar de Tristam Shandy de Laurence Sterne traducido por Javier Marías esperando que llegue la hora de leerlo. Humorístico, sí.. pero complejo también. Catulo, por otro lado, siempre me ha parecido un cachondo. Era erótico-pornográfico y eso molaba en la Facultad.
Querido Juan Alberto: Debo agradecerte la elección de este librito que acabamos de leer y que por diversas razones y casualidades, me ha conectado con una época muy feliz de mi vida: la infancia. Nada más empezar su lectura, esas cartas vitales y divertidas de la señorita Helen Hanff al librero - ¡tan británico él!- Frank Doel, me vino a la cabeza y al corazón uno de los libros que yo mas disfruté de niña: Papaíto Piernas Largas, de Jean Webster, también del género epistolar, divertido, romántico y emocionante (al menos para mí en aquella época), del que hicieron una película protagonizada por Leslie Caron y Fred Astaire que no me gustó nada, como suele suceder, cuando se ha disfrutado mucho con un libro. Y si a esto le añadimos que hace unos días fui a ver la película “Saving Mr. Banks”, basada en la vida de la autora de Mary Poppins, ¡que te voy a contar! Solo que me pareció una peli muy triste. ¿Cómo pensar que la autora de mi libro favorito, Pamela Travers, y su heroína, tan inglesas ellas, eran en realidad australianas y vivieron una infancia tan dramática? Pues sí, tu bonito libro me llevó a todo esto: vivir ese periodo de mi vida corto (a los ocho años empezaron mis desdichas en un internado en el que solo se podían leer libros de geografía y matemáticas) pero muy feliz. Doy gracias con todo mi amor a los autores y personajes, verdaderos amigos de aquellos tiempos que todavía viven en mi corazón: Mary Poppins, Jerusa Abbott, los niños Gritli, Heidi, Guillermo el Proscrito, Gordito Relleno, Petra, las Hermanas Gilda, los cuentos de hadas de la colección Azucena y tantos, tantísimos otros. Espero que el libro que vamos a leer ahora me traiga también algunos agradables momentos de la vida adulta. (Bueno, no sé, no creo ….) ¡Suerte y besitos! Julia P. S. Adjunto algunos de mis libros (los conservo casi todos), aunque apenas se pueden tocar de lo cotrosos que están.
Queridos lectores del Club: He dado bastantes rodeos antes de empezar... Me propuse hacer una carta , con espíritu reposado , en dónde la reflexión y los sentimientos afloraran con naturalidad. Son las 15 h del miércoles y me encuentro ante esta hoja en blanco , con mucho pudor y bastantes dudas. La idea de que es muy sencillo hablar de lo que se quiera , cómo se quiera y de quién quiera me empuja. ¿Qué les puedo contar? Desde luego , algo interesante para mí y luego saber llegar a ustedes. He hecho el Camino de Santiago y ha sido una experiencia revulsiva. Las personas , la soledad , el paisaje , la cultura , los paisajes , la dureza de algunas jornadas ; me revelaron cosas desco- nocidas , pero que me han vuelto más sensible , abierta , tolerante y desde luego con gran fortaleza interna para afrontar el día a día. Ha sido tan enriquecedora la experiencia , que la recomiendo a todo el que le guste caminar y abrirse a nuevas aventuras. Con afecto les transmito la energía que el Camino me dio. Juana Rosa
Hola: Son muchos los años que llevo sin hacer esto (escribir una carta), pero la ocasión merece recuperarlo. Solo quería comentarte que no se puede decir más de una forma más simple, más directa, más fresca, mas cercana, más ingenua... Me gustaría que lo conocieras (el libro) y lo disfrutaras como yo. Si te es posible hazlo y, después, cuéntame. Con mucho cariño.
4 comentarios:
Querida Helene! Antes que nada, perdona que me cuele en tu reducido grupo de amigos.
Acabo de terminar de leer tus cartas. Llegaron a mis manos recopiladas en un hermoso libro, con una impecable encuadernación, edición limitada en tapa dura, que suele diseñarse para los grandes del oficio, quién lo diría. No recuerdo y creo que no hay caso parecido en la Historia de la Literatura, que una única y sola novela epistolar llegue al Olimpo de los Escritura y pase a ser, por derecho propio, el libro paradigma del bibliófilo.
Sí, sé que el reconocimiento y las ventas te importan bien poco, que has comprobado en tus carnes que la fama es más fugaz que la velocidad de la luz y te imagino enfadada por no contar contigo para adaptar o cambiar un renglón de tu creación, que son en cierta medida 20 años de tu vida, 20 años convulsos contados en clave literaria.
No hay nada más íntimo que una carta sellada, pero también es cierto que no hay nada más hermoso que alguien la abra y todos la leamos con la candidez que la leía el señor Frank Doel. Tal experiencia sensorial nos pertenece a todos porque el mundo necesita de esa humanidad, sabiduría, humor y amor que transmites en tu cartas.
Por eso, estimada Helene, te reivindico como escritora y me alegra que los lectores disfruten
de estas cartas reales como la ficción que hace falta para apropiarnos de tus textos, de tu 84, Charing Cross Road. Después de todo, acabaran como a ti te gustan, con olor a vainilla y a tabaco, como huelen los libros raros y antiguos que atestiguan nuestro imaginario.
Y por ello, Srta Hanff, hablo en presente y me pongo mi hábito bibliotecario asegurándole, sin temor a equivocarme, que su obra será un clásico subrayado en las bibliotecas públicas mundiales por mucho que nos empeñemos en impedirlo, porque la subversión en estos muros, y con ello termino, tiene color y sabor a libertad.
Siempre tuyo..
PD: Tengo en mi biblioteca personal un ejemplar de Tristam Shandy de Laurence Sterne traducido por Javier Marías esperando que llegue la hora de leerlo. Humorístico, sí.. pero complejo también.
Catulo, por otro lado, siempre me ha parecido un cachondo. Era erótico-pornográfico y eso molaba en la Facultad.
Querido Juan Alberto:
Debo agradecerte la elección de este librito que acabamos de leer y que por diversas razones y casualidades, me ha conectado con una época muy feliz de mi vida: la infancia.
Nada más empezar su lectura, esas cartas vitales y divertidas de la señorita Helen Hanff al librero - ¡tan británico él!- Frank Doel, me vino a la cabeza y al corazón uno de los libros que yo mas disfruté de niña: Papaíto Piernas Largas, de Jean Webster, también del género epistolar, divertido, romántico y emocionante (al menos para mí en aquella época), del que hicieron una película protagonizada por Leslie Caron y Fred Astaire que no me gustó nada, como suele suceder, cuando se ha disfrutado mucho con un libro.
Y si a esto le añadimos que hace unos días fui a ver la película “Saving Mr. Banks”, basada en la vida de la autora de Mary Poppins, ¡que te voy a contar! Solo que me pareció una peli muy triste. ¿Cómo pensar que la autora de mi libro favorito, Pamela Travers, y su heroína, tan inglesas ellas, eran en realidad australianas y vivieron una infancia tan dramática?
Pues sí, tu bonito libro me llevó a todo esto: vivir ese periodo de mi vida corto (a los ocho años empezaron mis desdichas en un internado en el que solo se podían leer libros de geografía y matemáticas) pero muy feliz. Doy gracias con todo mi amor a los autores y personajes, verdaderos amigos de aquellos tiempos que todavía viven en mi corazón: Mary Poppins, Jerusa Abbott, los niños Gritli, Heidi, Guillermo el Proscrito, Gordito Relleno, Petra, las Hermanas Gilda, los cuentos de hadas de la colección Azucena y tantos, tantísimos otros.
Espero que el libro que vamos a leer ahora me traiga también algunos agradables momentos de la vida adulta. (Bueno, no sé, no creo ….)
¡Suerte y besitos!
Julia
P. S. Adjunto algunos de mis libros (los conservo casi todos), aunque apenas se pueden tocar de lo cotrosos que están.
Las Palmas de Gran Canaria
5 de Febrero 2014
Queridos lectores del Club:
He dado bastantes rodeos antes de empezar...
Me propuse hacer una carta , con espíritu reposado , en dónde la reflexión y los sentimientos afloraran con naturalidad.
Son las 15 h del miércoles y me encuentro ante esta hoja en blanco , con mucho pudor y bastantes dudas.
La idea de que es muy sencillo hablar de lo que se quiera , cómo se quiera y de quién quiera me empuja.
¿Qué les puedo contar?
Desde luego , algo interesante para mí y luego saber llegar a ustedes.
He hecho el Camino de Santiago y ha sido una experiencia revulsiva.
Las personas , la soledad , el paisaje , la cultura , los paisajes , la dureza de algunas jornadas ; me revelaron cosas desco-
nocidas , pero que me han vuelto más sensible , abierta , tolerante y desde luego con gran fortaleza interna para afrontar
el día a día.
Ha sido tan enriquecedora la experiencia , que la recomiendo a todo el que le guste caminar y abrirse a nuevas aventuras.
Con afecto les transmito la energía que el Camino me dio.
Juana Rosa
Hola:
Son muchos los años que llevo sin hacer esto (escribir una carta), pero la ocasión merece recuperarlo.
Solo quería comentarte que no se puede decir más de una forma más simple, más directa, más fresca, mas cercana, más ingenua...
Me gustaría que lo conocieras (el libro) y lo disfrutaras como yo. Si te es posible hazlo y, después, cuéntame.
Con mucho cariño.
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